La vida universitaria, si bien tiene muchas exigencias, es un tiempo para disfrutar del diálogo con compañeros y docentes, intercambiar ideas, coincidir, disentir y crecer. Una de sus premisas, es la de formar un pensamiento crítico y creativo por medio de la fundamentación de las ideas, para lo cual se debe leer mucho, consultar distintas fuentes, estadísticas e investigaciones.
El estudiante universitario no sólo se preparará para ejercer su profesión y obtener un beneficio personal, sino también para servir a la sociedad y mejorar su calidad de vida. Cada universidad, imprime su sello distintivo a esta vida universitaria. La forma de cursar las materias, por ejemplo, varía de una institución a otra, en algunas se debe permanecer todo el día, en otras se eligen horarios de cursada más restringidos y se utiliza más tiempo de estudio fuera de la universidad.
También el perfil profesional de los egresados varía de acuerdo a la propuesta de formación y según el énfasis puesto en el desarrollo de las áreas administrativa, humanística, científica, etc.
Iniciar y llevar adelante una carrera requiere de capacidad, esfuerzo y método.
La capacidad puede ser evaluada y medida, pero es casi seguro que todo el que haya podido completar la escuela secundaria, tiene capacidad potencial para continuar estudiando, lo que no quiere decir que tenga conocimientos suficientes. Por tal motivo, las universidades han debido contemplar el desarrollo de cursos que nivelen los conocimientos básicos, sobre todo los de matemática.
Sin esfuerzo no se puede llevar adelante ninguna actividad de la que se pretenda obtener resultados, tampoco la de estudiar, siendo además, que los resultados inmediatos obtenidos, implican satisfacción personal, un paso adelante, pero ni retribución ni compensación concreta. Además hay que estar preparado para postergar algunas salidas, dormir menos, ahorrar para comprar libros y materiales.
En cuanto al método, podría decirse que uno de los mayores errores cometidos al comenzar a estudiar es "amontonar", es imposible estudiar dos o tres días antes de los exámenes, tampoco se exige lo contrario, depende de cada uno el armarse de constancia para ir leyendo la bibliografía, preparando las prácticas, aclarando las dudas. En síntesis, es imprescindible asistir a las clases y estudiar todos los días. Además, algo importante a saber, es que toda carrera universitaria comienza con una sólida formación en temas básicos insustituibles para abordar los temas específicos y que darán sustento y flexibilidad para luego poder seguir e intervenir en los cambios que postule la ciencia. Así, por ejemplo, las primeras materias versarán sobre Matemática, Física, Química o, Filosofía, Sociología, Antropología, etc. En cambio en las carreras cortas, el estudiante es conducido directamente a las disciplinas de aplicación y al entrenamiento profesional. Muchas de estas carreras, una vez obtenido el título final, pueden articularse con el ciclo de licenciatura universitaria.
Al elegir una carrera surge una duda inevitable
¿Tendrá salida laboral?: Se entiende por salida laboral, la perspectiva de trabajo que cada carrera proporciona. Para esto es necesario tener en cuenta que la carrera capacita para diversas actividades y el título habilita para el desempeño profesional. De ahí en más, la real salida laboral, dependerá de la situación socioeconómica del país y de la oferta y demanda laboral, en el momento de egreso de los que ahora son estudiantes, lo cual es bastante difícil de pronosticar. Lo que sí es cierto, es que cuanto más capacitación se tenga, más amplio es el espectro de posibilidades y mayores las ventajas competitivas, movilizadas por la iniciativa personal.